Disfrutar del río; una de las premisas de quienes visitan Traslasierra en verano. Con ellos queremos compartir la experiencia de pasar un día completo en uno de los balnearios naturales más bellos del valle: el del nacimiento del río Hondo.
Lo ideal es arrancar temprano, tanto como la no rutina de las vacaciones lo permita, y encarar hacia las sierras por la calle J.R. Recalde (desde la plaza de Mina Clavero).
Después de recorrer unos 11 km por el Camino de Los Artesanos (sí o sí dejaremos tiempo para detenernos en algún puesto en el recorrido de regreso) llegamos al campo privado y balneario Abuela Teresa, a orillas del nacimiento del río Hondo.
A partir de las 10:00 a.m. ya se puede ingresar.
Sugerimos llevar sombrero, protector solar y calzado cómodo. Más todo lo que crean necesario para quedarse a gusto hasta la caída del sol.
Agua en todas su formas
Cuanto más temprano lleguemos, más opciones para elegir el rincón que más nos guste, de todas maneras el balneario es muy extenso y hay sectores para todos:
Los más cómodos y las familias con niños pueden optar por las playitas a escasos metros del área de servicios (donde está el comedor, la proveeduría y los sanitarios).
Los que estén dispuestos a alejarse un poco más pueden ubicarse en alguna de las ollas naturales que se forman río arriba y río abajo, siempre después de vistosos saltos de agua que funcionan como perfectos hidromasajes naturales. Un lujo!
Nadadores y clavadistas: caminen unos 500 metros río abajo y van a llegar al tramo donde el río se encajona entre las piedras y gana profundidad. Imponente.
Más allá del río
Además de disfrutar del agua, el sol y el aire puro como en ningún otro sitio en el balneario es posible avistar cóndores sobrevolando a muy pocos metros de distancia (generalmente bien entrada la tarde).
Si tenemos ganas de caminar un rato es muy grato llegarse hasta la casa de Los Perez, familia vecina de alfareros serranos. Resultará muy interesante asomarse a la cocina del oficio y descubrir los secretos que se vienen transmitiendo de generación en generación.
Otra especialidad de Abuela Teresa son los sabores caseros: pan de campo recién horneado, sandwiches fresquísimos, empanadas y algún plato del día son las opciones del comedor del balneario.
Se puede pedir más?
Sí! Nos quedan los puestos de artesanías en el camino de regreso: auténtica cerámica negra de Traslasierra, de la mano de sus creadores. Hay cuencos y vasijas, cacerolas, jarrones, teteras...
Para no perdérselos es imprescindible regresar con luz día.
Buenos viajes y hasta la próxima.
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